Sociedad

Por la sequía dejarán de cosecharse 830.000 hectáreas de trigo, la cifra más alta de los últimos 40 años

Viernes, 11 de Noviembre de 2022 . 20:17 Hs.

La producción de trigo es una de las más afectadas por la sequía y las heladas tardías. Esta semana, tanto la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) como la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), ajustaron a la baja sus estimaciones de producción, lo que podría complicar aún más el abastecimiento interno y la exportación.

Economistas de la BCR señalaron que los rendimientos del cereal son los más bajos de los últimos 15 años, y la pérdida de superficie cosechada es la más alta en 40 campañas. Por otro lado, plantearon que ante los nuevos recortes de producción total que se realizaron en las últimas horas, la zona núcleo pierde USD 650 millones, y el país pierde de exportar USD 2.021 millones.

El trabajo realizado por Agustina Peña, Javier Treboux y Emilce Terré, economistas de la entidad mencionada, precisó que hasta el momento la estimación de producción de trigo quedó en 11,8 millones de toneladas, y con un rendimiento potencial de 23 quintales por hectárea. Toda esta caída en la producción del cereal, provocará menores ingresos para el sector primario de la cadena, pero también repercutirá en otros eslabones.

A partir del cálculo que se realizó de los márgenes del trigo, los especialistas proyectan que con los nuevos valores la pérdida estimada para los productores de zona núcleo asciende a los 650 millones de dólares, considerándose un rendimiento promedio de 15 quintales por hectárea y con unas 391.000 hectáreas de superficie perdida en la región núcleo, por los efectos de la sequía y las heladas tardías.

Además, se sostiene que la pérdida de 650 millones de dólares, se compone del valor de la pérdida adjudicada a las hectáreas perdidas (no cosechadas) debido a los efectos adversos del clima que se estiman en USD 307 millones; mientras que el efecto de una baja en el rendimiento efectivo y la consecuente caída del margen bruto registrado en las 920.000 hectáreas restantes suman otros USD 343 millones.

'El cálculo de las pérdidas referidas a las hectáreas que sí se cosecharon, pero a un rinde inferior a la estimación anterior (octubre), refiere específicamente a los costos que afrontó el productor en materia de insumos, pulverización, estructura, fletes, comercialización y seguros; en tanto que las hectáreas perdidas sin cosechar mantienen la misma estructura de costos, con excepción de los fletes y la comercialización', dijeron los economistas en el informe.

Exportaciones

Por otro lado, en materia de la superficie que no llegará a cosecharse a nivel nacional, la Bolsa de Rosario proyecta que 'la pérdida tanto en porcentaje como en cantidad de hectáreas es la más alta de los últimos 40 años y totaliza alrededor de 830.000 hectáreas. Hay que remontarse hasta el ciclo 1980/81 para observar un nivel de pérdida de superficie mayor, cuya campaña presentaba un guarismo de 81% de trigo cosechado, frente al 86% de la campaña 2022/23″.

Con una campaña de trigo muy complicada y afectada por condiciones climáticas adversas, la BCR estima que las exportaciones del cereal disminuirán en consecuencia y alcanzarían los 7 millones de toneladas, en contraposición con la proyección del mes pasado que se ubicó en 9 millones de toneladas. A todo esto, el consumo doméstico también se reacomodará a una oferta más restringida, pasando de 6,9 millones de toneladas en las últimas campañas, a un volumen de 6,4 millones de toneladas.

Ahora bien, con un volumen de exportación en 7 millones de toneladas el informe sostiene que el costo de oportunidad total para el país (lo que dejará de percibir por exportaciones) sigue aumentando y por consiguiente la Argentina pierde la posibilidad de ingresar divisas por 2.221 millones de dólares, comparado con lo exportado en la campaña anterior. Además, se si compara la evolución de las exportaciones de trigo valuadas en dólares a lo largo de los últimos 10 años, se observa que las exportaciones de la actual campaña, son las más bajas de los últimos tres años.

Con un stock final que se reduce a más de la mitad en comparación al ciclo actual, la relación entre el consumo y las existencias queda definida en un 10%, lo que generará una situación más ajustada para el abastecimiento de cara al empalme de cosechas del próximo año. Este ratio es, en efecto, el más bajo desde la campaña 2016/17.

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