No aguanto más, me voy.
Chacabuco es la ciudad donde nací, crecí y viví las experiencias más lindas, pero no aguanto más y por eso me voy.
Muches me dirán que me voy por cagón, otres que soy un caprichoso, y la mayoría pondrán en duda mi convicción de lucha, pero sinceramente no aguanto más. Me voy con un dolor enorme, de esos que no te dejan ni dormir, pero tambien me voy por miedo.
La situación que me acontece en el presente es el mayor de los infiernos que alguien puede vivir, y es el de no poder caminar tranquilo por la calle, y que continuamente pienses que de repente dejarás de existir.
Sólo bastaron unos minutos de una mañana lluviosa de sábado para que decida partir de mi pueblo. Aunque, esos minutos me acompañarán toda mi vida, porque desde ese momento no volví a ser el mismo. Me arrebataron la sonrisa, la fortaleza, el empoderamiento, la libertad que tanto me acompañaba cada vez que salía de casa, las ganas de todo, y me voy para volver a construirme. Espero que sea pronto.
Me duele el cuerpo, la mente y el alma, siento como si un camión me hubiese pasado 20 veces por encima, pero no, sólo basto que frenara un auto al lado mío y bajaran cuatro varones una mañana lluviosa de sábado y me rodearan.
Estoy tratando de recomponerme, pero todo me lleva a aquella pesadilla que recuerdo cada vez que respiro. No me sale hablar, sólo quiero llorar y resguardarme en los brazos de alguien que me quiera bien.
Solo bastó que frene un auto blanco y se vajaran cuatro varones en una mañana lluviosa de sábado y me caguen la vida en unos minutos. Creo que no los conozco, al menos eso pienso, estaba borracho y no puedo recordar sus rostros, pero lo que nunca se borrará en mi mente serán sus sonrisas pervertidas y miradas llenas de odio y con hambre de destruirme mientras me rodeaban, se reían de mi vulnerabilidad.
Yo estaba indefenso, tirado en el piso y no me salía gritar, todavía sigo sin poder hacerlo, y mientras escribo esto sigo sintiendo sus manos en todo mi cuerpo como aquella vez.
Recuerdo casi todo, como cuando me desabrocharon la camisa, me abrieron la boca para ponerme sus sucias porongas dentro de ella y pasarmelas por toda la cara mientras los demás se pajeaban disfrutando verme llorando y pidiendo que me dejen en paz.
La impunidad del macho me derrotó porque no puedo hacer nada al respecto, y lo que más me pesa es que sé que no habrá justicia. Solo me queda exponerme con estas palabras y después de esto trataré de sanar todo el mal que sufrí.
Mi familia, mis amigues y mi compañero me están acompañando y conteniendo de una forma hermosa, no me dejaron solo, y me apoyaron en la decisión de irme. Tal vez si, me estoy escapando, pero si no puedo conseguir justicia prefiero irme y seguir vivo antes de volver a sentir la muerte encima mío como aquel día.
No sé si esto me convertirá en buen o mal activista por nuestros derechos, pero antes de eso soy humano y más que esto no puedo hacer, no me sale, porque las políticas que deberían contenernos son escasas y a veces hasta inexistentes, porque les supuestes referentes de nuestra comunidad disidente se llenan la boca diciendo que no existe la violencia en contra de nuestro colectivo en Chacabuco, porque estos enfermos seguiran paseando libremente. Por eso me voy.
Tome la decisión de escribir esto solo para que las mujeres y disidencias de mi pueblo tengan cuidado. Me gustaría hacer más, como recordar la marca del auto, o el nombre de alguno, pero de ese día sólo me llevo el peor momento de mi vida.
Una mañana lluviosa de sábado cuatro varones me abusaron en plena vía pública, me quisieron meter en su auto para violarme y quien sabe que otra cosa más. Otras personas han pasado por al lado sin ayudarme, dejándome sólo, como si mi vida no valiera nada. Por eso mismo... ya me fui.
Esteban Petrella Villalba.