La provincia de Formosa, que no registra casos de coronavirus , "blindó" sus fronteras con Chaco, pero tiene un verdadero colador en los pasos clandestinos de la localidad de Clorinda. El cruce ilegal de paraguayos a la Argentina se vio intensificado por el calendario de cobro del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), al que muchos llaman "los 10.000", por el monto de esa asignación.
También hay paraguayos que han cruzado desde el inicio de la cuarentena para cobrar otras asignaciones de la Anses, como jubilaciones o la AUH. Cabe aclarar que muchos de esos habitantes del vecino país tienen doble nacionalidad y son beneficiarios de esas prestaciones de la seguridad social argentina. Otros cruzan buscando reactivar el contrabando "hormiga" para subsistir.
La Gendarmería detuvo el martes a dos paraguayos que habían cruzado por uno de esos pasos clandestinos. Inmediatamente los llevó al paso internacional San Ignacio de Loyola y los expulsó del país.
Migraciones, además, les prohibió el ingreso al país por cinco años, un tipo de penalización que no es habitual en épocas normales. Cruzar ilegalmente de Clorinda a la localidad paraguaya de Nanawa es el pan de cada día para muchas personas a ambos lados de la frontera.
Los pasos son precarias pasarelas construidas con tablones y pallets de madera que atraviesan el finísimo hilo de agua en que se convirtió el río Pilcomayo por la sequía. Desde que arrancó la cuarentena, la Gendarmería y la policía provincial destruyen continuamente esas pasarelas. Pero al poco tiempo la gente vuelve a montarlas.
Los pasos clandestinos se encuentran en la misma localidad de Clorinda, pero alejados del paso legal, que es el puente San Ignacio de Loyola.
"Tenemos un frente de 27 kilómetros de frontera con varias ciudades de Paraguay: Nanawa, Falcón, Asunción, Lambaré. Es difícil, pero la tarea de la policía, que mandó dos escuadrones de infantería, ayudó mucho", dijo Manuel Celauro, intendente de Clorinda. "Vivimos del comercio y la cuarentena nos está matando, pero entendemos que la salud es la prioridad ahora", agregó Celauro.
En las últimas semanas hubo varias detenciones de este tipo, incluso con paraguayos que fueron a cobrar la jubilación. El cruce no es masivo, sino más bien un "goteo" que pone en riesgo el estatus de Formosa como provincia libre de Covid-19. La presencia de las fuerzas de seguridad sirve para disuadir a muchos, pero no a todos.
Paraguay tiene 737 casos de coronavirus y 10 muertes, según las cifras oficiales al día de ayer. El gobierno de Gildo Insfrán está interesado como nunca antes en frenar esos cruces ilegales.
"Hay paraguayos que cobran legalmente y otros a los que les dieron la asignación de forma irregular. En el caso del IFE, en Paraguay también dieron una asignación de emergencia, y si pudiéramos cruzar los padrones, podríamos identificarlos", explicó a la nacion Martín Hernández, titular de la UCR Formosa.
Hernández impulsa una causa desde 2011 para denunciar el otorgamiento irregular de muchas asignaciones de la Anses durante el mandato de Cristina Kirchner.
Para el gobierno formoseño fue relativamente fácil "blindar" los accesos desde Chaco y Salta. El principal vínculo de Formosa con el resto de la Argentina es el paso por la ruta nacional 11, donde hay efectivos y barreras para impedir cualquier acceso que no esté contemplado por el protocolo. Quien viene de afuera debe hacer cuarentena obligatoria a la Escuela de Cadetes de Policía.
Sin embargo, el cruce ilegal de paraguayos es más difícil de detener. Las localidades fronterizas del vecino país viven del contrabando "hormiga". A medida que van pasando los días, la necesidad de salir se acrecienta y eso también genera más atrevimiento en los cruces.
La policía de Formosa envió el martes dos grupos antidisturbios para reforzar el control en los pasos alejados del centro, donde se producen los cruces ilegales, y estableció patrullas permanentes por esas zonas, en un trabajo coordinado con la Gendarmería Nacional.